Presa de lo salvaje
Asustado, dolido... solo. Esas tres palabras se figuraban distorsionadas en su confundida cabeza y lo único que podía pensar claramente era en correr; lo que no sabía, era que al huir de aquel monstruo que asesinó a su familia, encontraría en su camino una bestia mucho peor, Kuran Kaname. Ese hombre lobo no le destaza...