Esto es un desastre, oh si, claro que lo es, nota mental, nunca volver a emborracharse por nada ni nadie -¡No estoy embarazada! ¡Déjame en paz! -o eso quiero creer, si Dios aun me amaba un poco, no lo estaba. -¿Estas loca? ¡No usamos condón! -el solo hecho de pensar en que había perdido mi virginidad borracha con este tipo me hacia querer cavar mi tumba. -Adiós -dije caminando a paso rápido. -¡Te seguiré hasta el infierno! -grito desde lejos, con un tono de voz que asustaría hasta el más valiente.

Cuando cayeron del cielo, parecían bolas de fuego. Meteoritos; tal vez estrellas fugaces. Hasta que alguien se percató de que tenían forma humana. Y alas. En la víspera de noche buena, los ángeles han recibido un mensaje de Dios, si es que acaso existe. Su tierra está llena de pecado, y ha de ser erradicado. Me llamo Sarah. Yo ya veía los ángeles mucho antes de su llegada, entre nosotros. He mentido, robado y asesinado. Soy una pecadora, y sé de lo que son capaces. Moriremos con el tiempo, lo sé. Pero no sin antes luchar. Yo al menos, llenaré todo el infierno de ángeles. EDITANDO. #9 en Ficción General el 08/09/16. #8 en Ficción General el 03/09/16. #7 en Ficción General el 05/09/16.

"Y aquella noche, entre la vida y la muerte, Zingora les dijo a sus hijos: Pasaran años, pasarán siglos y eones, pero algún día cuando vuestra sangre sea más fuerte y la raza de lo Hombres se crucen en vuestro nuevo hogar, mi marca azul en un ojo aparecerá y el elegido con una de sus princesas se desposará y los dragones podrán regresar". Para acabar con la guerra que atenaza la raza de los Hombres desde hace ochenta años, la princesa Criselda es entregada a la raza de los Hijos del Dragón para contraer matrimonio con el príncipe Varel el futuro monarca de su pueblo. Ella solo es una joven de quince años y el todo un hombre de veinticinco en la flor de la juventud de la longevidad de su raza guerrera. El ultraje que se produjo antes de la gran guerra debe ser restaurado para que el reino de los hombres sobreviva y solo un cambio equivalente podrá lograr la paz. Lo que Criselda ignora es que algo mucho más importante está en juego y que ella es la clave para conseguir que renazca una raza extinguida tres mil años atrás. Pero no será fácil, nada lo será sobretodo cuando el corazón de Criselda se divide entre su deber de esposa y los fuertes sentimientos que le despierta su nuevo hermano Xeral y a la vez los que Varel le hace sentir. Ya disponible la segunda parte: Los Señores del Dragón. La portada es un regalo de luribiza El videomultimedia es la banda sonora del libro.