Se decía que se avecinaba una guerra como la que nunca se había visto antes. El caótico acontecimiento surgió afortunado para la joven que tenía el corazón quebrado, encontrando reconforte en una vida enfocada en dar su tiempo y su vida al servicio de los demás. La guerra condenaba a todos a madurar y tal vez era lo que la enamoradiza Briseida necesitaba, puesto que su juventud fue lo que la condenó a no poder alcanzar el afecto que anheló desde su tierna infancia. Aquel hombre que iría a la guerra, se llevaba consigo su corazón, a pesar de que nunca lo había aceptado. Siendo doce años mayor y mejor amigo de su hermano mayor, su código de honor dictaba que ella estaba fuera de toda posibilidad. Briseida era una niña a comparación del hombre con la cicatriz en el rostro, al cual todos temían y respetaban. Aquel hombre intachable del cual nadie dudaría y en el que su hermano confiaría para salvarla en medio de los horrores de la Gran Guerra.

Es fácil hacer creer que todo está bien, es fácil tener una sonrisa que al fina esconde miles de heridas. Se hace por muchas cosas y Ashlyn lo hacía por una sola: proteger a su familia. Lo último que quería era que le tuvieran lástima, que se preocuparan por ella, que sufrieran por ella. Por esa razón disimuló y se alejó de todo loq que le hiciera daño. Claro que nunca pensó que llegaría un hombre que la haría cambiar de idea, que estaría tan herido como ella misma y que, además, tuvieran un dolor en común, una búsqueda que los uniría y los distanciaría al mismo tiempo. El señor Crowel era un reconocido banquero, con las típicas características de ser frío, distante e intransigente, tenía un objetivo que nada tenía que ver con la alegre señorita que por alguna razón, lograba cautivarlo. [HISTORIA SIN EDITAR] [DISPONIBLE EN AMAZON] [HISTORIA REGISTRADA EN DERECHOS DE AUTOR, POR FAVOR, NO AL PLAGIO]

Beth era diferente a sus padres, aunque se esperara de ella el espíritu aventurero y la bravura de ellos, la joven Aigrefeuille era dulce, era tierna y tranquila. Pero eso no significaba que era débil, por mucho que quisieran pensar eso, ella tenía su carácter y, aunque no solía sacarlo todo el tiempo, estaba dispuesta a lo que fuera con tal de que lo que amaba estuviera a salvo. Había tomado una decisión con el corazón, definitivamente no lo volvería hacer, había sido el peor error de su vida, aunque eso la hubiese convertido en una princesa, no le había asegurado la felicidad, de hecho, todo lo contrario. Pero había jurado que jamás volverían a verle la cara como aquella primera vez. El ser engañada por su marido en sus narices, el estar embarazada, el tener que permanecer ahí y el aparente cambio de su marido hacia ella, comenzaban a volverla loca, ¿caería en la venganza? O se dejaría llevar por el amor que sintió alguna vez... ojalá pudiese irse. [HISTORIA SIN EDITAR] [DISPONIBLE EN AMAZON] [HISTORIA REGISTRADA EN DERECHOS DE AUTOR, POR FAVOR, NO AL PLAGIO]

Todo estaba mal, simplemente era imperdonable que hubiese hecho lo que hizo, ahora estaba perdida, no había solución alguna... ¿Qué le diría a sus padres? ¿Debía decirle a él? Fue una tonta, no entendía como pudo caer en ese tipo de enredos, lo peor, era que ni siquiera lo recordaba. Micaela estaba en graves problemas, jamás se sintió tan estresada en su vida, creía que moriría y, de hecho, incluso le parecía una buena salida, a excepción por la parte en la que mataría a alguien junto con ella. ¿Qué debía hacer? Sobre todo porque el hombre que fuese el padre de su hijo no hacía más que mirarla con un aparente y permanente dolor de cabeza. Micaela lo entendía, a ella no le paraba la boca, sobre todo cuando estaba él cerca. Pero cuando le dijo a ese hombre que estaba embarazada por una noche de la cual ninguno se acordaba del todo, Matteo Rinaldi le confesó su más grande secreto y el motivo de su divorcio en el pasado: él no podía tener hijos. [HISTORIA SIN EDITAR] [DISPONIBLE EN AMAZON] [HISTORIA REGISTRADA EN DERECHOS DE AUTOR, POR FAVOR, NO AL PLAGIO]

Terry había llegado a Japón por petición de su padre, a quien solía darle la contraria por el simple gusto de hacerlo, sabía que él esperaba que aprendiera algo de esas tierras, pero Terry sólo había aceptado por el hecho de poder viajar sin tener la presión de su madre, padre o hermanos. Jamás se esperó que se enamoraría y que de ahí, lo único que obtendría serían problemas, quizá aprendió una lección yendo a Japón, pero no estaba seguro si sabría aplicarlo en su vida. La traición de una mujer podía dejar una marca dolorosa. Era clasificado como un completo desafío, con una sonrisa tenebrosa y problemática que derretía a las mujeres y hacía temblar a los hombres. Pero existía alguien que sabía bien lo que era el dolor, el sufrir y el temer constantemente por su vida. Una mujer que pese a todo, tenía una sonrisa radiante y una tenacidad imposible, ya que ella tenía un objetivo: matar a su padre. [HISTORIA SIN EDITAR] [DISPONIBLE EN AMAZON] [HISTORIA REGISTRADA EN DERECHOS DE AUTOR, POR FAVOR, NO AL PLAGIO]

Lady Susan Crawing, hija de los duques de York, fue preparada desde muy joven para ser la esposa ideal. Y creía tener su destino asegurado hasta que su prometido rompió su compromiso. Devastada, decide idear un plan para contraer matrimonio sin tener que arriesgar su corazón en el proceso. Y para su sorpresa resulta. Ahora está casada y es marquesa. El único inconveniente es que no soporta a su esposo y planea evitarlo por el resto de su vida. Lord Benedicth Blackstone, marqués de Ralston es un hombre huraño y solitario que por culpa de la insensatez de su padre y el buenismo de su hermano se ve envuelto en un matrimonio concertado con una mujer poco adecuada a sus ojos, pero ideal para contentar a la sociedad. Él era incapaz de amar, ella se prometió no volver a hacerlo. Ambos solo querían ser libres, aunque eso significara vivir guardando las apariencias de un matrimonio perfecto.

-Hazlo -dijo ella con el arma apuntando a su corazón. Él tenía su dedo en el gatillo, pero dudaba, era algo que nunca había hecho; mataba sin ningún tipo de miramientos, pero esta vez era diferente. -No seas cobarde... acaba con mi vida de una buena vez. Ella era tan imposible, aún sabiendo que él la mataria, lo retaba, por un mínimo instante quiso sonreír.

Lydia Gonzalez hará todo lo posible por salir de las garras de Zach Carter, pero él no se rendirá tan fácilmente. ~*~ Zach Carter es un hombre nacido en cuna de oro. Siempre ha obtenido todo lo que se propone, logrando convertirse en uno de los abogados más cotizados de la ciudad de Boston y en uno de los mejores empresarios del país. Solo hay una cosa que Zach Carter no tiene y que debe obtener a toda costa: una esposa. Lydia Gonzalez es una reconocida patóloga forense del estado de Massachussets con un secreto oscuro que, de salir a la luz, puede arruinar su carrera. Su vida se limita en criar a su hermano pequeño y rodearse de cadáveres en la morgue. Su día a día es sencillo, rutinario y ella hará todo lo posible por mantenerlo así. Lo que jamás se hubiera imaginado es que Zach Carter aparecería en el Laboratorio de Ciencias Forenses de Boston a reclamarla como su esposa utilizando un contrato que firmó diez años atrás a cambio de una pizza, un pastel de chocolate y una botella de vodka. Lydia Gonzalez hará todo lo posible por salir de las garras de Zach Carter, pero él no se rendirá tan fácilmente.

Lo que al principio había sido solo un rumor se había acabado por confirmar; el duque de Sussex, el encantador, ingenioso, atractivo e inalcanzable soltero de oro que sería nombrado en breve primer ministro, buscaba esposa. Pero no cualquier esposa. Ella debía ser hermosa, amable, decente, honrada, debía reírse de sus bromas, ser buena conversadora, apoyarlo siempre, ser de una intachable familia y estar dispuesta a ser paciente y tener un cortejo largo, a la vieja usanza. Y con lo que da es... con todo lo contrario.

Amberly Adams es, sin lugar a dudas, la más hermosa de todas las hermanas Adams. De cabello negro y ojos azules, risueña y soñadora, ha recibido más propuestas de matrimonio de las que puede contar. Pero las ha rechazado todas. "No es él" es lo único que respondía cuando preguntaban el por qué. ¿Qué quien era él? Un hombre galante, apuesto, misterioso, serio, interesante, atento, tierno, cariñoso, encantador... En definitiva, el hombre perfecto. El problema es que ... aún no le conoce. Y después de dos infructuosas y desalentadoras temporadas, piensa que nunca logrará hacerlo. Hasta que lo ve en la boda de su hermana.