Su angelical voz al igual que su rostro llamaban la tención de cualquier persona o criatura en la faz de la tierra, por lo cual era obligada a cantar en bares, teatros a base de abusos, viviendo en un infierno, llevándola a escapar una de las tantas noches de borrachera de sus abusivos padres, cruzando territorio ajeno, callendo en manos de la bestia. Las esperanzas de encontrar su mate eran nulas, su corazón cada día se convertía en piedra guardando en el odio, rencor y despreció, haciendo de aquel dulce niño en una bestia. En cambio la manda se volvió más fuerte, poderoso, suprema. Ambos destinados a estar juntos, pero el recor, la soberbia del Alpha los llevará a caer en un red, en la tentación, el olvido y quizás algo más.