Adiós.
Pero no somos y no seremos. No fuimos. Esta es la única inmortalidad que tú y yo podemos alcanzar.
Pero no somos y no seremos. No fuimos. Esta es la única inmortalidad que tú y yo podemos alcanzar.
Los niños de porcelana ya no pueden jugar más, Los niños de porcelana ya no pueden sonreír más, Los niños de porcelana ya no pueden llorar más, Los niños de porcelana están en mis manos y yo nunca he sido cuidadosa.
Sentía que se quemaba cuando le miraba y cuando le sonreía... Cuando le sonreía era como si se volviera fuegos artificiales, entonces, al escucharle era cuando explotaba y cuando se fue provoco un incendio. Nunca se pudo apagar.