El Conde Sangriento
-¿Sabes por qué estás aquí?-aquellos finos dedos blancos sostenían su mentón-¿Lo sabes?- -No...-su sumisa respuesta provocó un brillo en los ojos ajenos, el conde se acercó hasta esconder su rostro en el espacio de su cuello y hombro -Has venido aquí para servirme, para complacerme-la punta de su lengua tocó su lóbulo...