El extraño caso de benjamín button
AlanMatix
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Fue difícil vender El extraño caso de Benjamin Button (aparecido en la revista Collier el 21 de
mayo de 1922). Fitzgerald le escribiría más tarde a su agente Harold Ober: « Ya seque las
revistas sólo quieren mis relatos sobre chicas a la moda; los problemas que has tenido para
vender Benjamin Button y Un diamante tan grande como el Ritz lo demuestran».
Benjamin Button fue su segundo relato (le había precedido The Cut-Glass BowL en 1920) de
corte fantástico o superreal, un estilo en el que escribió algunos de sus cuentos más brillantes y
que quizá le atraía por su tensión entre romanticismo y realismo, por el desafío que la fantasía
plantea: convertir lo imposible en verosímil. Fitzgerald explicó la génesis de Benjamín Button
cuando lo incluyó en sus Cuentos de la era del jazz:
«Me inspiró el cuento un comentario de Mark Twain: era una lástima que el mejor tramo de
nuestra vida estuviera al principio y el peor al final. He intentado demostrar su tesis, haciendo
un experimento con un hombre inserto en un ambiente absolutamente normal. Semanas
después de terminar el relato, descubrí un argumento casi idéntico en los cuadernos de Samuel
Butler.»
I.
Hasta 1860 lo correcto era nacer en tu propia casa. Hoy, según me dicen, los grandes dioses
de la medicina han establecido que los primeros llantos del recién nacido deben ser emitidos
en la atmósfera aséptica de un hospital, preferiblemente en un hospital elegante. Así que el
señor y la señora Button se adelantaron cincuenta años a la moda cuando decidieron, un día
de verano de 1860, que su primer hijo nacería en un hospital. Nunca sabremos si este
anacronismo tuvo alguna influencia en la asombrosa historia que estoy a punto de referirles.
Les contaré lo que ocurrió, y dejaré que juzguen por sí mismos.