2020 parecía ser un año muy caótico, algo surreal y lleno de drama. Se estaba viviendo en carne propia un preludio del fin del mundo. Con tantas noticias bombardeando su cabeza, Jadon pensó que un poco de romance podía servir para acercarse a su amada. ¿Qué podía ser más romántico que un fotógrafo enviando cartas en aviones de papel, en medio del confinamiento?

Antes que Romeo. Antes que Julieta. Otros dos se amaron. Un Capuleto de sangre y un Montesco de corazón. Un amor tan potente y tan prohibido que solo puede terminar en un trágico duelo. La bella Verona está infectada por algo peor que la peste: el odio entre dos familias. Y el honor que corre por sus venas y mancha los adoquines de la ciudad. Teobaldo Capuleto lo sabe muy bien. Desde su nacimiento le han inculcado el odio hacia los Montesco, aquellos monstruos que le arrebataron a su padre y a su hermano. Aquellos que ahora amenazan con arrebatarle a su prima Julieta, la luz de sus ojos. Mercucio ha intentado mantenerse alejado de la discordia entre las dos casas. De hecho, ha intentado mantenerse alejado de los conflictos de Verona y de su padrino, el príncipe de la ciudad, lo más que pudo. Pero sabe que no podrá huir por mucho tiempo, no cuando tiene una deuda que saldar con la familia Montesco. No cuando un Capuleto ha descubierto su más atesorado secreto. El final de esta antigua enemistad está cerca. Pero no acabará sin que antes se crucen las estrellas y las espadas de Teobaldo y Mercucio.

Ella había perdido todas las esperanzas y vivía solo porque no quería dejar sola a su hermana. La vida se había llevado a quienes más amaba, primero a su madre y luego a su novio, y no encontraba la manera de salir adelante. Con el corazón en pleno invierno, Aneley empezó a perder la fe y mientras encontraba un camino fácil, pero doloroso, para mantener el alma despierto, las ganas de vivir se iban perdiendo. Él era un chico normal, el hermano menor de su mejor amiga, y no había nada de especial en él, salvo su extremada preocupación por el bienestar de Aneley, algo que a ella le agradaba tanto como le molestaba. Pero en su corazón ingenuo, infantil y cálido, ella será capaz de encontrar el verano y hacer florecer una nueva primavera. *** Todos los derechos reservados. Prohibida la copia, adaptación, reproducción parcial o total de la obra. *** Esta obra era anteriormente Ni invierno ni primavera