¿Cuánto puede fragmentarse una amistad? Emiel aparentemente lo tiene todo: un rostro atractivo enmarcado por un cabello rubio como el oro, popularidad en la escuela y un secreto compartido con sus dos mejores amigos. Su vida parece perfecta y su futuro, prometedor. Pero todo cambia repentinamente cuando, durante una audición que podría lanzarlo al estrellato como guitarrista, ocurre una misteriosa explosión que le causa un daño auditivo progresivo. Al descubrir que, poco a poco, perderá la capacidad de oír hasta quedar completamente sordo, su mundo se derrumba sobre él, destrozando su sueño y su amor por la música. En medio de su desesperación, Emiel conoce accidentalmente a Morvan, un chico marginado y huérfano, justo cuando ambos intentaban quitarse la vida en el mismo lugar. Al darse cuenta de que Morvan ha descubierto lo que planeaba hacer, Emiel teme que su secreto y su reputación estén en peligro si Morvan decide contar lo que vio. Ahora deberá enfrentarse no solo a la pérdida de su sueño, sino también a los prejuicios, la envidia y a una inesperada conexión que podría cambiarlo todo.

Dorian intenta sobrevivir a todo lo que implica haber nacido en una familia completamente disfuncional, algo que no le resulta nada fácil. Prueba de ello es que terminó hospitalizado durante varias semanas por una sobredosis de pastillas. Una vez casi recuperado y tratando de ponerle orden a su vida, reaparece Samuel, el chico encantador que conoció en una fiesta y que lo salvó aquella noche de morir. Gracias a este reencuentro, entre ambos comienza a florecer una amistad sincera, hasta que Dorian se da cuenta de que está perdidamente enamorado de él, lo cual representa un grave problema para la vida de ambos. Amar a alguien que no se ama a sí mismo es peligroso. Y cuando dos personas rotas cruzan esa delgada línea entre el cariño y el amor, las consecuencias pueden ser tan hermosas como devastadoras.