¿Quieres jugar, chico rudo?
Gumball está harto de que Marshall se la pase haciendo insinuaciones homosexuales entre ellos dos sólo para molestarlo, por lo que decide seguir su juego y ver quién molesta a quién.
Gumball está harto de que Marshall se la pase haciendo insinuaciones homosexuales entre ellos dos sólo para molestarlo, por lo que decide seguir su juego y ver quién molesta a quién.
El príncipe Gumball se ve obligado a mantener a Marshall lee en su castillo, por el bien de su reino. El sé comienza a sentirse acosado e incómodo por Marshall hasta que poco a poco se da cuenta de que es amor.