Un extraño chico. Una fiesta normal. Y una chica ordinaria. Una extraña voz en el bosque, puede ser aterrador para algunas personas y signo de demencia para otras, pero para mí era la salvación que buscaba. O eso pensaba hasta que el drama, la tragedia y el sufrimiento formaran parte de mi rutina. Tenía que sobrevivir hasta el final del día pero cada vez se hacía más difícil. ¿Cuándo es momento de renunciar? "-No deberías estar en el bosque sola a éstas horas.- Levanté mi rostro para decirle que se vaya otra vez, pero me llevé una gran sorpresa al ver que estaba a unos centímetros de mi rostro."