Con treinta años de edad, aún sin haber conseguido el oro, y sin Viktor a su lado, Yuuri Katsuki decide dejar el patinaje. No está en edad de seguir buscando alcanzar algo que parece inalcanzable, y después de todo la vida no es fácil. Pero lo que tampoco es fácil es ganarle una pelea a Yuri Plisetsky que, después de siete años amando en secreto al japonés, no le permitirá irse de ese lugar que de ambos, el hielo.