No todas las princesas vienen envueltas de rosa con tacones
Esta historia es la prueba de que no hay que vestir de rosa y usar tacones para ser una mujer.
Esta historia es la prueba de que no hay que vestir de rosa y usar tacones para ser una mujer.
Frieda y Adler se conocen desde que nacieron, sus padres son mejores amigos y los han criado como si fueran primos, Ellos se detestan desde su más tierna infancia. Por suerte, un océano los separó casi toda la vida y solo debían convivir durante las vacaciones. Ella siempre fue una chica ruda, de carácter fuerte e ide...