"...veo como que estás enredado" Eso le había dicho el supuesto adivino, por supuesto que no lo estaría. En primera porque él había confundido atado con 'enredado', y aunque fuesen sinónimos, Hakuryuu sabía que no podían ser lo mismo. Al menos, eso creyó hasta que vio a Sakura con el cabello suelto, entonces se dio cuenta que las cosas sí podrían cambiar, pero pensó que solo era amistad. Sakura quería un romance de novelas, deseaba un príncipe azul. Algo que él nunca sería, ¡jamás, él era un hombre! ¿No? Además, no tenía sentido, él no era su tipo; lo que no sabía, es que las chicas suelen cambiar de opinión.

Ibuki era por naturaleza alguien conflictivo. Mizukawa era lo mismo, pero multiplicado por cien. Él le tenía miedo, y ella lo quería bien lejos. Era un Mamut contra una Minotauro. Nunca se llevarían bien, ¿verdad? Sí, nunca es muy palabra muy fuerte. Ibuki y Mizukawa deberían dejar de usarla, más cuando implicaba su relación en la misma oración. Y aún con todo eso, ¿por qué eran los únicos en traspasar sus barreras?