Buena Comida, Buenos Amigos, Malas Risas
Las calles estaban tranquilas en Undercity, apenas había amanecido. El cielo que se iluminaba lentamente arrojando mechones naranjas y rosas sobre los adoquines, manchando los cristales de la ventana de una ciudad dormida, la señal que revelaba el amanecer acercándose con rapidez. Al principio, aquella vista era basta...