¿Crees en las almas gemelas? Madison definitivamente sí, desde que su abuela le regaló el libro con el que encontró al amor de su vida no deja de pensar en si ella también tendrá un alma gemela en algún lugar del mundo. A los diez años se enamoró perdidamente de su inseparable mejor amigo Alexander, quien era un chico divertido, carismático, dominante y que la hacía estremecerse de solo pensar en él. Desde que lo conoció no dejó de pedir en cada cumpleaños y a cada estrella fugaz que él fuera realmente su alma gemela y seis años más tarde, Alexander aún es dueño de esos ojos azules que la hacen suspirar, los que recorren cada noche sus sueños y ruega cada día en que solo se fijen en ella, el problema es que jamás podría confesarle algo así a su mejor amigo. ¿Qué sucedería si Alexander descubriera los sentimientos de Madison? ¿Arruinaría completamente su amistad o correspondería sus sentimientos? Y la pregunta más importante... ¿Será él su alma gemela? ¿Estás dispuesto a enamorarte de cada uno de los personajes y posiblemente encontrar a tu alma gemela en uno de ellos? Te invito a sumergirte en esta historia llena de amor, pasión y amistad que te hará tocar la gloria una y otra vez. Y recuerda, siempre seremos tú, yo y las estrellas a lo largo de este libro. #1 en mejores amigos.(08/09/2020) #1 en adolescentes. (03/10/2020) #1 en amistad. (20/10/2020) #1 en amorjuvenil. (05/05/2022) Obra registrada en Safe Creative.

-¿A qué te refieres con que quieres ser jugadora? Nena, te romperás las uñas -Oh, discúlpame bonito. A mi esas cosas no me interesan, solo quiero jugar -Perdóname, pero no. -¿Por qué? No digas algo como... Porque eres mujer -Lo siento, bonita. Es exactamente por eso -Vete al diablo -Espera, podrías ser animadora... Yo dejaría que me animes todo el día -Lamentaras todo. Absolutamente todo -¿Es una amenaza? -Tómalo como quieras, solo recuérdalo. Lo lamentaras

¿Que harías si te dijeran que tendrás que vivir con tu hermano mayor, en su departamento el cual comparte con sus tres amigos, por que ya eres lo suficientemente mayor? Claro, tener dieciséis años para mi madre ya es ser mayor. Les voy a narrar una pequeña parte de mi vida. Si no lo quieren leer, pues...PUDRANSE.