Sin segundas oportunidades.
Cuesta comprender que todas las promesas y todos los sueños que habíamos dicho ya no serían, que se habían desvanecido aquel frío 28 de enero y se habían resbalado de mis manos como se me resbalaba tu sangre. Cuesta comprender que nos habíamos pasado media vida planeando cosas que ahora ya no serían Cuesta seguir aq...