― ¿Nos volveremos a ver? El extraño lo miró desconcertado al principio. Poco a poco la perplejidad dio paso a una de las sonrisas más tristes que Kakashi había visto jamás. ―Espero que no. Algo tiró de su pecho tan fuerte que Kakashi notó sus ojos empañarse. ― ¿Tú no vas a volver?― inquirió de forma apresurada y casi sin aliento debido al inmenso dolor que desde su pecho se propagaba por todo su cuerpo. El moreno negó. ―Yo no tengo derecho.

Piensa, Tsunade, ¿dónde estarías tú si fueras un hombre adulto con una clara patología cronológica y una obsesión por las novelas pornográficas?

― ¡Has bajado dos Kilos más!― exclamó Kakashi, anotando el número que ofrecía la báscula en un cuaderno. ― ¿En serio? Pero si ayer no hice nada de ejercicio...― pensó en voz alta. Kakashi sonrió depredadoramente e Iruka, recordando el dolor en las caderas y en el trasero que había evitado poder hacer cualquier tipo de actividad física, se sonrojó. Kakashi se acercó a él y, pasando un brazo por su cintura para atraerlo a él, le susurró al oído. ―Parece ser que hemos dado por fin con tu deporte ideal, Iruka. ― ¿Eh?

EN PROCESO DE EDICIÓN. SUBIENDO YA CAPÍTULOS EDITADOS. Desconocidos para unos y perseguidos por otros, los Kantoku, seres humanos con espíritu de dragón han vivido durante mucho tiempo escondidos. Sin embargo, cuando el sello del Kyūbi amenaza con romperse, el Tercero deberá enviar a sus mejores hombres para encontrarlos. Kakashi será el encargado principal de lograr que la misión sea un éxito. Con lo que no contaba era con encontrarse con un joven sacerdote, Umino Iruka, el último de un antiguo clan Kantoku.

Que Iruka lleva mal lo de envejecer no es ningún secreto, pero, ¿qué hay de Kakashi? One-Shot. Humor. Romance.

Cuando un año más tarde vuelves a casa tarde y te encuentras a Kakashi con unos simples boxers negros puestos esperándote detrás de la puerta y te dice "Cama. Ahora." porque el muy idiota acaba de llegar de hacer negocios en el extranjero y no ha tenido tiempo de comprarte nada y se cree de verdad que venderte su cuerpo es bueno para vuestra relación, tú solo te ríes y le besas. "Feliz cumpleaños", te dice, y tú piensas, "feliz, feliz de verdad". *Aunque los diseños de las portada sean míos, no así sus imágenes, así que créditos a sus respectivos creadores*