Tercer Morgenstern
Ahí estaba ese pequeño y dulce niño, sus ojos habían perdido todo brillo pero una sonrisa adornaba su hermoso rostro. Lo habían destrozado, apartado y culpado, ese gran corazón estaba roto. No llores mi dulce niño, te llevaré con tu familia... Aquella noche hermosa desapareció Mieczyslaw Stilinski. Los personajes no m...