Honoré Reyes cometió un error. Para remediarlo, compró un sobre de color amarillo de poco precio, pidió una hoja blanca y un lápiz de grafito. Escribió acerca de la mezcla de sentimientos intensos, desenfrenados, que sentía por ella. Cuando terminó, colocó el papel doblado dentro del sobre y lo dejó en el buzón, con la ilusión de cautivar de nuevo a su amada. Sin embargo, vivía bajo el continúo temor de que sus cartas no tuviesen éxito, ya que «nunca» fue la última palabra que ella usó antes de irse. Abigail Greene, 2016. Historia original, todos los derechos reservados. Queda totalmente prohibido la reproducción total o parcial del contenido de esta obra sin autorización del autor. Si se encuentra algún plagio, será denunciado.