Contiene spoiler Nagisa ahora es un adulto y es mas complicado de lo que pensó. Su vida se centra en lograr ser un buen profesor, en ser un excelente asesino por el bien de karma y su carrera, sin mencionar lo mas importante, lidiar con los sentimientos que desarrollo por el. (Esta nueva y genial portada fue creada por @ShiroKuroNeko125 ) (Los personajes de Ansatsu no kyoushitsu no me pertenecen, son del fabuloso Yusei Matsui)

Apolo ha sido una de las deidades más importantes dentro de la cultura griega. Las múltiples y variadas actividades que desplegó lo convirtieron en uno de los dioses más polifacéticos. Se le ha reconocido como dios del sol. El dios Apolo tuvo una especial relación con el joven Jacinto. Era éste un hermoso hombre del que el dios quedó prendado y gozaba del amor del mismo. La vida sencilla despertó los apetitos de Apolo y el joven resultó más encantador que nunca. Apolo le entregó su amor sin restricciones, olvidando que se trataba de un simple mortal y por un accidente muere. La alma del Dios, cayó en un profundo dolor y decidió caer en un profundo sueño. Esperando el resurgir de su amante. Siglos han pasado y finalmente el alma de Jacinto va a reencarnar en un chico de hermoso cabellos celestes y ojos como dos hermosos zafiros. El Dios que escogió hace muchos siglos el cuerpo de un joven de cabellos rojos y ojos color cobre viene dispuesto a llevarse a su amante a su lado y nada se lo impedirá. Les traigo una nueva historia de Karma y Nagisa. Las fotos de la portada no me pertenecen, ni los personajes tampoco, estos corresponden a Yūsei Matsui. La Historia si es mía.

Es una historia de Vampiros. Los personajes no son míos ni la imagen tampoco, solo los tome prestados. Esta historia se me ocurrió anoche viendo Twilight (crepúsculo). Es de nuestra pareja favorita Karmagisa

The first time he saw it he was four years old, struggling to pry his mother's clawing fingers from their vice-grip on his wrist. He'd screamed and begged while she roared threats into his tear-streaked face, and then his voice choked in his throat when he saw those glimmering eyes lazily observing him from a shadowed corner. A forked tongue flicked out, the color of freshly-spilled blood. Thousands of staring eyes the same color as his. A dark stirring in his belly that made his mother seem less like a horribly invincible monster and more like foolish prey that had wandered too close. The ghost (demon?) disappeared once he'd blinked the stinging tears from his eyes, cringing at the way his mother's nails dug into already-scarred skin. That feeling the thing had sparked, though, insistently remained, quiet but ever-present, preying on the emotions he'd been forcing himself to swallow down ever since his father died. And it only got worse from there.