Evelyn Fairchild desea con todas sus fuerzas una última aventura. No es que las tuviera anteriormente pero sería la última antes de verse obligada a casarse con un hombre sin rostro, alguien a quien ni siquiera había conocido pero que estaba a punto de existir en un futuro cercano. Lo único que no se imagino es que en su búsqueda de placer y romance se vería dominada por el soltero de oro de Londres. Michael, duque de Astor, es un hombre incapaz de negarse a los placeres de la vida. Está acostumbrado a obtener lo que quiere. Eso hasta que conoció a Evelyn Fairchild, una dama capaz de hacerlo cambiar todas las ideas que tenia de las mujeres y sobre todo, hacer que se cuestione por primera vez si en verdad es tan irresistible como cree. ¿Qué podría ser más fuerte? ¿La pasión o la amistad? Cuando el deseo se cruza en tu camino todo puede salir bien o rematadamente mal.

Huyendo de su destino, la joven Arleth se oculta en Londres trabajando de institutriz. Su expectativa era enseñar a una joven tranquila y afable las buenas maneras, pero jamás se imaginó que se encontraría con una familia de locos y un hombre encantador que le traería más problemas de los que ya tenía. Richard Allen era conocido por su reputación de granuja. No obstante, es algo superficial porque sus ideales y propósitos van mas allá de lo normal. Testigo de que el amor existe, sabe que cuando lo encuentre su vida cambiará. Y cambia antes de lo esperado: atraído por la recién llegada a su casa, decide ayudarla a resolver sus problemas, olvidándose de que por su apellido es muy posible que consiga justamente lo contrario.

Las hermanas Davies son un enigma para la sociedad londinense, ya que siempre visten de un color determinado y nadie sabe el motivo. Lady Scarleth Davies siempre viste de rojo, y poco le interesa que los demás digan que es vulgar, que casi sea un paria en la sociedad, y que se rumoree un pacto con el diablo. Ella siempre vestirá de rojo porque es la promesa a la que está sometida, aunque le traiga consigo problemas, y al amor de su vida. Lord Dereck Birch, conde de Londonderry, es una persona marcada por el pasado. Aunque para la sociedad su apellido es "intachable" lo cierto es que carga encima un escándalo que es un secreto a voces. . No sabe con exactitud el momento en que esa mujer que siempre vestía de rojo lo empezó a obsesionar, solo tiene la certeza de que no se la sacará de la cabeza hasta que el fuego que lo consume se apague; lo que no se imagina es que no es solo fuego lo que recorre cada parte de su ser, sino algo más fuerte que lamentablemente, no se puede evaporar.

Advertencia: Es necesario leer la primera novela cómplices del destino para entender esta. Tercer libro de la saga cómplices del destino. Beatrice Murgot, es la cuarta hija de los marqueses de Somerset. Una familia bastante grande y peculiar en medio de la Inglaterra de 1831. Beatrice no es la más sensata de sus hermanas, pero si la más tímida y reservada. Al contrario que su gemela, el don de la palabra no entraba entre sus características. Henry Manners, conde de Devonshire es un libertino que toda su vida ha tenido bastantes amoríos con diversas damas de sociedad, pero un encuentro con una peculiar dama le hace objeto de la venganza de ésta. Beatrice podía no ser una hábil oradora, pero tenía un arma que destruiría a cualquier caballero, su escritura y es que bajo su pluma cualquier libertino se encontraba en aprietos. Decidida a exhibir todos los amoríos del conde, Beatrice lo persigue sin esperarse que él armara su propia estrategia de contra-ataque. Entre chismes mal intencionados y cartas subidas de tono, el tira y afloja de esta pareja empieza con venganza incluida. Ella se rehusaba a caer en sus trampas de amor, se conocía todas sus artimañas de conquista por sus libros, pero él le demostraría que aún tenía mucho que aprender.

El mayor de todos los primos de Bermont. Gregory fue el primero en casarse y lo hizo completamente enamorado de su mujer quien fuera el amor de su vida desde una temprana edad. Apenas hubo contraído nupcias, el hombre se mudó a su tierra natal, llevándose consigo a su familia y, por consiguiente, viendo poco con la que creció en Londres. Todo era perfecto para un hombre como él: con principios, con honor, con bondad en su corazón. Y cuando su hermano llegó a Irlanda, no pudo pensar en nada mejor. Eso hasta que su vida que él creía perfecta comenzó a derrumbarse. Su mujer fue una de sus grandes decepciones, dejándolo en soledad con tres niñas pequeñas, con la desolación de un abandono, el odio hacia la persona culpable, el rencor hacia sí mismo por no darse cuenta de sus errores. Se sumió en la depresión, en el alcohol, desatendió todo y a todos. Su carácter se convirtió en un voluble asenso entre la locura y la ira. Era incontenible incluso para su madre, hermano o cuñada. Sin embargo, nadie se daba por vencido con él, por mucho que lo mereciera, nadie lo hizo y fue la razón por la cual conoció a esa loca señorita. Porque no había otra manera de llamarla. Desde que lo conoció le dijo que lo había visto "en un sueño" lo que fuera que eso significaba, y desde ahí, jamás quiso irse de su lado, lo cual le era insoportable. ¿Quién se creía ella para invadir su nueva vida de dolor? [HISTORIA SIN EDITAR] [DISPONIBLE EN AMAZON] [HISTORIA REGISTRADA EN DERECHOS DE AUTOR, POR FAVOR, NO AL PLAGIO]

Segunda historia de la Saga Londres de Cabeza. Advertencia: Para entender mejor está historia es recomendable leer la primera. Los Murgot son una familia bastante grande compuesta por cinco hermanos. Un caballero y cuatro hermosas damas. Alicia Murgot, tercera hija de los marqueses de Somerset, con su agudo gusto para los negocios y sus habilidades en las apuestas decide conquistar al hombre más adinerado de la región. Lástima que sus expectativas tan altas se vieron opacadas cuando el marqués de Grafton, su mejor candidato a esposo descubre sus planes. Adrien Miller nunca imaginó que una pequeña broma que buscaba brindarle una lección a esa atrevida interesada, casi termina en una boda múltiple y lo más importante casando al hombre equivocado en el proceso. Ahora Alicia tendrá que ir de camino al altar sin pena ni gloria de la mano del peor candidato posible, Jonathan Carrick, el conde de Wester, una pobre víctima de las circunstancias que como buen caballero.-a riesgo que su mejor amigo lo maté.-toma a su hermana como esposa...(Entra y lee la sinopsis completa)

La temporada ha comenzado en la capital británica y la señorita Irwyn ha decidido encontrar un noble caballero inglés para que ocupe el puesto como su flamante esposo. Tiene la firme idea de que el hombre en cuestión debe cumplir al pie de la letra con las cualidades que ella desea en aquel con el que ha de compartir su vida. Por desgracia para ella, ninguno de los caballeros solteros que ha conocido hasta ahora cumple con sus requisitos y eso la ha hecho replantearse si está buscando en el lugar correcto. ¿Será que el hombre perfecto para ella no se encuentra en los salones de baile de los acaudalados nobles? Todo cambiará para Charlotte Irwyn cuando conozca al duque de Saint Albans. Quién la conquistará a primera vista. Ella hará todo lo posible para enamorarlo, pues para él, Lotty es como un adorno en la pared. Se ha propuesto atraparlo a como de lugar, incluso si eso significa infiltrarse en todos los lugares que él frecuenta y que están prohibidos para las mujeres. Además de tener que evadir los constantes acosos de un misterioso enmascarado que intenta llevársela a la cama. Pero Charlotte no va a rendirse y se jugará todo para acercarse a Edward Beucklerk, lograr enamorarlo y conseguir al marido ideal.