Kihyun acaba de mudarse y comienza de cero en un nuevo hospital. No esperaba encontrarse, en una madrugada silenciosa, con un hombre famoso y ensangrentado tirado frente a su edificio. Lo que parece un acto de compasión -abrirle la puerta, ofrecerle calor y cuidado- será el principio de algo mucho más oscuro. Shownu no debería estar ahí. No debería acercarse demasiado a nadie, mucho menos a alguien tan humano, tan bondadoso, tan hermoso... tan vivo. Él carga con una maldición que le exige sangre, carne y deseo, pero que también lo consume por dentro. Ha pasado demasiado tiempo conteniéndose, y ahora no sabe si podrá seguir haciéndolo.

Al perder el último tren, Hyungwon se ve obligado a caminar solo por las oscuras calles de Seúl. Lo que él no sabe es que Wonho, un inmortal sediento de sangre, vaga por las mismas calles, en busca de su nueva víctima. Sodomía* es una palabra de origen bíblico usada para designar las perversiones sexuales cometidas por los humanos; y Wonho tendrá el placer de mostrarle a Hyungwon el significado literal de esa palabra.