April Bedford, creía en el destino, en las señales y creía ciegamente en el amor. Había amado en secreto toda su vida al mejor amigo de su hermano, y no se arrepentía en lo absoluto de quererlo. Porque el era bueno, era gentil, y el hombre más apuesto que haya visto jamás. Pero por alguna razón del destino, el que terminaran juntos se había vuelto algo completamente imposible. Ella muy lejos de ser la joven risueña y alegre que siempre había sido, había cambiado, ahora solo estaba triste... triste porque su amor era en ese mismo instante la cosa más dolorosa que alguna vez haya experimentado. Ella con el corazón roto, intenta buscarse otro camino. Lejos de el. Alejandro Wellington Vizconde de Starling, nunca habia creido en el amor... por lo menos no lo había llegado a sentir, no sabía cómo identificarlo. Pero un dia despertara con la necesidad de tener cerca a la única persona por la que su corazón retumba y su mente no descansa. Pero será muy tarde porque ella ya se había marchado huyendo de él. Y él deberá cargar con el peso de sus errores. Porque ahora deberá luchar en partida doble.

Jasmine ha pasado la mitad de su vida cuidando a los demás, habiendo cumplido los 28 años y siendo prácticamente una desconocida en la escena social, su futuro más inmediato parecía empujarla a la mal sonada y bastante temida soltería. Y ésta a una completa soledad. Jasmine sabe que no quiere eso, sabe exactamente lo que necesita para darle un rumbo y un motivo a su existencia, pero para su desgracia conseguir aquello supone un precio y un sacrificio grande. Bastian no puede quejarse de su vida, es bien parecido, talentoso, noble (en el sentido práctico de la palabra) y el sueño de más de una señorita de buena cuna. Estaría completamente feliz consigo mismo de no ser por esa odiosa manía de sus acreedores de perseguirlo por todo Londres. La necesidad de Bastian podía resumirse en una sola cosa: dinero. Y eso a la solterona Jasmine Shaw le sobraba y a montones. ¿Cómo negarse entonces? Era un disparate, pero no había disparate al cual el conde de Hastings le rehuyera. Con una firma la haría su condesa y de allí... hasta que el destino los separase. O ella le disparase. O él la ahorcase.

¿Qué puede desear más el futuro rey, el trono o a esa mujer? Registrado en Safe Creative bajo el Código de registro: 1802285905396 Me abstengo de permitir adaptaciones. Prohibida la copia parcial o completa de esta obra. Todos los derechos reservados. ©2014, Lizbeth López #4 en Romance (25-diciembre-2015) ❤