Mi Profesor
Recordó las palabras del profesor Akabane. «Esto merece un castigo» Con furia y el ceño fruncido sin pensar en las consecuencias formulo: -Con gusto, recibiría un castigo de su parte -Un tenue sonrojo cubrió las mejillas del alumno, y otro rojo furioso toda la cara de el profesor. Eso había sonado muy provocativo inc...