Mi Princesa
Era obvio que a él le gustara Allura, es decir, a quien no? Ella era perfecta, era hermosa, divertida, atlética y una auténtica princesa, todo lo que Pidge nunca sería. Siempre supo que Shiro jamás se fijaría en ella pero aún sabiendo esto no pudo evitar el dolor que sentía en su pecho, no pudo evitar el llanto.