La vida tiende a tratarte mal, pero el ser humano y todas esas malditas novelas optimistas te quieren convencer de que las cosas malas son para enseñarte algo: ser una persona feliz. Pero ¿qué cosa buena puedes sacar de una muerte? Nada más que desamparo. Es por eso que el pesimismo latente de Felix Frederick lo ha llevado a soltar más de alguna verdad en el grupo de apoyo que asistía. Ahora, por haber perturbado el orden en el sótano de la iglesia y frente a un respetado cura, tendrá que hacer servicio comunitario obligatorio durante 90 días. Para cualquier individuo el castigo dado por el juez es una suerte; para Felix es todo lo contrario. ¿Empatía? ¿Ayudar al prójimo? ¿Ocuparse del bien común? Esas son cosas que su amigo haría, no él. La última vez que decidió ayudar a una persona terminó perdiéndola, y todo lo que ella le enseñó está guardado en un cofre que no quiere abrir. Por otro lado, nada podría limpiar la mala reputación que los medios de comunicación le han dado con sus exageradas noticias. Todo mal... Sin embargo, no le queda de otra que aceptar esta penitencia, la cual sea, tal vez, lo que necesita para volver a abrir el cofre. Y si no puede hacerlo por sí solo, siempre estarán las estrafalarias aventuras en el servicio para ayudarlo.

Ella tan fuego y él tan decidido a quemarse... ❝Nunca se está lo suficientemente jodido ni lo suficientemente roto como para intentar ser otro.❞ →¡Entra y lee la sinopsis!← → Fabulosa portada hecha por la talentosa: @AnonymousRegrets Todos los derechos de autor completamente reservados. ©Jenniffer P. López. Obra registrada legalmente en SafeCreative, ¡Queda estrictamente prohibida su copia, distribución o adaptación sin permiso del autor! #2 en Escritor - 25/10/2019

¿No te pasó algo como que de pronto te vuelves un cantante famoso, ganas incontables premios, tienes muchos amigos y luego caes en lo más profundo de la soledad donde ya nadie te soporta y lo único que quieres es volver a tu pueblo con tus gallinas y progenitores alejado de todo lo que pueda volver a provocarte una adicción al egocentrismo y la fama en sí? ¿No? Oh, qué incómodo. Déjame contarte una historia. Dicen por ahí que Julien Garnier en realidad se llama Nick Bucket, que solía vivir en un pequeño pueblo a las afueras de la ciudad, que era el mejor adiestrador de gallinas de Glasswood (en realidad eso solo lo decía él), y que, de noche junto a las estrellas y la melodía de la noche, aprendió a tocar la guitarra. Hubo un momento donde la serotonina aún habitaba de manera abundante en su cuerpo y la definición de caos era felicidad para él. Si quieres puedo contarte, no prometo un cuento de hadas, pero sé algunos chistes. Venga, vamos. Será divertido... ¡Es un musical! ¿Empezamos? Pues... Luces, música y acción.

Alem es como una chispa en medio de la penumbra que te hacía despertar del sueño oscuro en el que estabas sumido. Nadie puede imaginarlo sin su sonrisa tirando de sus labios mientras caminaba por las calles de la ciudad, como si en un punto de su historia no se hubiera arrastrado en su propia piel. Pero lo estuvo, él se perdió por tantos años que nadie era capaz de verlo a través de la tormenta. Lo único bueno que giraba a su favor era que las cosas perdidas podían encontrarse, ¿pero quién lo haría? El nuevo ciclo escolar comienza con los pasillos ahogados en rumores acerca del regreso de Adele, una chica poco amigable que después de un año de su misteriosa ausencia regresa para pertenecer al club de adaptación donde conocerá a Tabitha, alguien tan diferente a ella como lo es el agua al aceite. Sin embargo, sus diferencias quedarán en el olvido cuando emprenden una aventura hacia la búsqueda de Alem, quien es lo más cercano a un fantasma del pasado del cual nadie sabe de su paradero. Pero, ¿por qué lo harían? ¿quién es Alem y por qué lograría unirlas?