Marshmalouka
Es tan habitual que las hojas de los árboles cambien de color al llegar el otoño que ni nos damos cuenta de ello. Un cambio que advierte la llegada del viento y la ausencia de la luz. Las hojas de los árboles se tornan rojizas, los días - grisáceos. El agradable frescor de las noches veraniegas se convierte en un frío que intenta congelar incluso la mínima muestra de vida...
Pero, volvamos a los árboles. Al perderse en la niebla las horas de luz, las hojas sufren una transformación peculiar a la que estamos demasiado habituados. Quizás penséis que bromeo si os digo que nuestros conocimientos sobre los árboles son equívocos. Y quizás os interese mi versión de los hechos.