JongIn estaba enamorado de Luhan; él había sido su primer hombre y estaba seguro también sería el último. Lo amaba tanto que no pensaba dejarlo ir. Luhan era como su "reina", se suponía era el más hermoso que jamás haya visto. Lo protegía por sobre todas las cosas, incluso de sí mismo, su familia y sobre todo de SeHun. Lo que JongIn jamás entendió, es porque Luhan hacia perdonado al bastardo de SeHun, ni mucho menos porque le suplico que lo dejara vivir con ellos. Solo pensaba que a lo mejor era porque Luhan tenía un enorme corazón y eso amaba de Luhan. Porque JongIn amaba a Luhan, ¿no?, o solo tal vez eso era lo que JongIn creía. Tal vez JongIn se estaba engañando a sí mismo y ocupaba su mente en Luhan para tratar de olvidar a esos labios rojos y ojos grandes que una vez le pertenecieron pero ahora lo habían traicionado. JongIn solo quería olvidar a KyungSoo y su traición.

La profecía decia que el Rey tendría un segundo hijo, el cual sería corrompido por un demonio. Y si el Príncipe llega a dar a luz al primogénito de aquel demonio... Será el principio del final de todo como hasta ahora lo conocemos. Pero cuando aquel niño nacio, el Rey supo dos cosas: La primera fue que aquel bebé nació con la marca de la bestia. La cual significaba que tenía un compañero que reclamaria por él. La segunda la supo minutos después de su nacimiento. Cuando un intruso atacó en su reino. Era el demonio buscando a su hijo. KaiSoo KyungSoo & (?) KyungSoo & (?)

Jongin jamás creyó en el amor a primera vista, hasta ese momento. Si eso era estar enamorado, pues lo estaba y admitía. Ese sentimiento que estaba sintiendo en esos instantes no se comparaba en nada a lo que sentía con BaekHyun. Con BaekHyun era todo lindo y color de rosa, pero rutinario. Con este chico parecía ser una aventura. La mejor de todas las fantasías que alguien pudiese tener. Adrenalina pura. Quería conocerlo y estar más cerca de él. Pero quién juega con fuego se quema. ¿No? Y más si Jongin no sabía que se estaba metiendo a la boca del lobo. Ya que lo que Jongin imaginaba que era aquel joven era total mente falso. Aquel hermosos joven ya tenía dueño. Era sólo era un juguete más. Pero no era un juguete común y corriente. Era la joya más preciosa de su dueño. El juguete más precisado y caro de su colección. La joya que Jongin estaba por ambicionar.