Él que no sabía amar
Él fue como una pesadilla y un sueño, todo en uno. Nuestra historia fue veloz y silenciosa como el relámpago. Intensa como el mar revuelto en una tormenta épica. Terminó tan desconcertantemente como la fantasía de un demente. Dejó un sabor agridulce del cual solo quedaba un melancólico eco. Hasta que regresó.