Fui maldecido por un dios y ahora tengo que vivir como un gato. ¡Por favor que alguien me ayude! Una noche loca de borrachera sólo pudo terminar de la peor manera. Después de que nuestro protagonista ofendiera al dios Bocanegra, este lo convirtió en el ser que más odia. Pero eso no es lo peor, después del incidente, es recogido de la calle por una chica que está loca por los gatos, y cada día se vuelve un castigo para él.

Todos hemos tenido ese "algo" que queremos mantener oculto, encerrarlo en una habitación y deshacernos de la llave; porque sólo así sentimos alivio, al tener el control y la seguridad de que nadie más -aparte de nosotros mismos- sabe cuál es la realidad de los hechos. Eso es lo que tenemos en común, entre muchas cosas más: La mentira. Sin embargo, lo que nos diferencia, son los motivos de la misma. Y en ésta ocasión, esa es la situación que Elizabeth debe manejar una vez que reconoce que no es siemple cariño y estima lo que siente hacia Ethan. Pero unas "mentirillas blancas" no dañan a nadie, ¿O sí?.