Cautivos
-Hermosa mariposa, ¿En serio creíste que podías escapar así de fácil? Era tan descarado como para atreverse a acariciar mi mejilla. -No me toques... Su repuesta fue una mirada profunda. Sus ojos azules que podía engañar a quien fuera por su belleza, me estaban escrutando, me atrevía a apostar mi vida que en su cabeza...