No estamos solas
«El que me prometió la felicidad en bandeja de plata es quién solo me destruye el alma. Debo proteger a mi hija, protegerla de esa bestia, esa bestia que tanto ama mi pequeña. Si en algún momento ya no estoy, mi hija no correrá peligro. Yo estaré ahí siempre, aunque ella no lo crea. Por más que parezca lo contrario...