Alas y sangre (Editando)
Estaba mirándome fijamente, pendiente de mis movimientos. Parecía que estaba anclada al piso y a pesar de que mi cerebro me gritaba y sonaba las alarmas de que estaba en peligro, ganó la parte ilógica, la que detestaba las leyes convirtiéndolas en simples palabras vanas y sin significado. Para mí, nada tenía sentido...