El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y pauta como se le ha indicado. Un pueblo donde no se recibe con mucha gracia a los recién llegados así que cuando Los Steins se mudan a su lado, Leigh no puede evitar sentir curiosidad. Los Steins son adinerados, misteriosos y muy elegantes. Lucen como el retrato perfecto de una familia, pero ¿Lo son? ¿Qué se esconde detrás de tanta perfección? Y cuando la muerte comienza a merodear el pueblo, todos no pueden evitar preguntarse si tiene algo que ver con los nuevos miembros de la comunidad. Leigh es la única que puede indagar para descubrir la verdad, ella es la única que puede acercarse al hijo mayor de la familia, el infame, arrogante, y frío Heist.

Condenados a odiarse. Destinados a amarse. Desde pequeños, tanto Genevieve como R han visto cómo sus dos familias intentaban deshacerse la una de la otra. Siempre han convivido desde niños con un único mantra: "esa familia no nos conviene; esa familia debe ser destruida". Saben que su rivalidad va más allá que una simple riña entre familias... es una auténtica lucha por el poder.

Miedos. Euforia. Dudas. Gritos. Libertad. Felicidad. Fugacidad. Alegría. Desilusión. Esperanza. Amor. Éxtasis. Llantos. Sueños. Suerte. Promesas incumplidas. Sorpresas. Cordura. Tristeza. Metas por cumplir. Desamor. 21 lunares tengo yo y estas son mis grietas.

¿Podrías enamorarte por obligación? Un día cualquiera a Irina se le presenta un tal Cupido en su casa. Este resulta ser el director de la multinacional Cupido S. A. y le explica que ella está correspondida con otra persona, pero que la flecha que los unía ha sido defectuosa. Mientras Cupido intenta solucionar el problema, le propone que lleve a cabo tres citas con un desconocido, aunque este último no resulta ser nada de lo que ella esperaba. De hecho, no acaban de ponerse de acuerdo y su relación pasa por una serie de altibajos que hacen que Cupido se cuestione su profesión.