"Tanto ella como él decían que no se podían enamorar y arriesgaron demasiado llevando su amistad al límite, pero se olvidaron de que siempre hay una excepción que confirma la regla."
Presiona el botón, libera el cargador. Toma un respiro. Llénalo. Insertalo en el arma. Escucha el traqueteo. Quita el seguro. Carga el arma. Si juegas, juega para subsistir. Prepara la bala. Apunta hacia el blanco, el dedo en el gatillo. Mente en blanco. Dispara. Sólo hazlo. "Esto es la guerra, nena, o lo asumes...