Unos ojos avellana en un café diario ©
Mar había vivido toda su vida escondida detrás de novelas románticas y poemas empalagosos. Se quedaba sin aliento recitando a Benedetti, y suspiraba incontrolablemente leyendo sobre las pasiones de Neruda. Su mundo giraba alrededor de fantasías y veladas amorosas plasmadas en papel, creadas solo para hacerla imaginar...
Concluídas