Nada es realmente lo que parece, y sólo una coincidencia, el azar, puede desenmascarar el alma de otra persona.

Odio tu mirada soberbia, tu valentía y tu sangre inmunda... pero lo que más me enferma, es tu insistencia en rondar por mi cabeza. Inevitablemente, Granger, uno tendrá que morir a manos del otro.

La carga invisible de lo que nunca ocurrió. La amenaza de una cuenta por cobrar. Y la confusión de ansiar dos versiones de él, a sabiendas que ambas no pueden coexistir. "Bienvenida al infierno que tu misma provocaste, Granger" -susurró tu peor pesadilla, antes de chasquear los dedos y revelarte la verdad.