La última batalla ha dejado a Wade Sullivan con un nuevo cargo, y a Audrey Mackenzie con una nueva responsabilidad. La mitad Angelical está triunfando, pero sólo bastará una muerte para que el Juego Trascendental finalice de forma definitiva. Con Audrey y Wade y sus nuevos poderes, ni siquiera los inmortales están a salvo.

Aunque Audrey Mackenzie haya logrado escapar, y haya llevado a un nuevo nivel el concepto de ser sobreviviente, la guerra no ha acabado. Wade Sullivan se arrepiente de haber sido cómplice de su huida, así que decide traerla de vuelta y, con ella, un grupo de personas también ocultas. No obstante, no contaban con que esa fuera la causa para la guerra auténtica iniciara.

En la Tierra habitan los seres más sobrenaturales que alguna vez han existido: el planeta se ha dividido en dos mitades, las cuales son controladas y reinadas por sus propietarios. Ángeles y demonios se han enfrentado, tomando al mundo como un campo de juego y a la parte humana de este para que fueran sus peones cuando la guerra llegara. Sólo quedan pocos supervivientes, incluyendo a Audrey Mackenzie. Ella no dejará que la atrapen tan fácilmente, ni siquiera cuando Wade Sullivan se interpone en su camino.