Hay encuentros que engendran relaciones aberrantes. Relaciones inexplicables, retorcidas, tóxicas y disfuncionales, al mismo tiempo que ineludibles e irresistibles. Dicen que del amor al odio hay un paso, pero en éstas ese paso no es necesario. Deseo, rencor, necesidad y ansias de libertad, control y sumisión. Victimas de si mismos, atrapados e impotentes como moscas en una telaraña. Pero no hay que tenerles lástima. En realidad son arañas disfrazadas. "Si supieras lo absurdo de la situación en la que vivo, en la que te he acabado metiendo, ¿te reirías, Sesshōmaru? ¿Entenderías el porqué de mis actos? ¿Me perdonarías la vida? Espero que no, tengo demasiada sed y tú jamás me permitirías saciarla, no tengo ganas de continuar aguantando el tormento de mis propios impulsos. Si por mi fuera, desearía tu odio para siempre. Disfrutaré cuando llegue ese momento, el momento en que por fin me atravieses con tu espada."

Es la Historia de la Perla de Shikon reescrita, tal como mi degenerada mente desearía que hubiera sido. Será mucho más cruda y trágica. Los personajes, llenos de luces y sombras. Incluso Naraku no será lo que parece. Kagome se merecía una historia de amor tan bella como la de Inuyasha y Kikyō, y yo deseo regalársela. Para ella será el demonio más cruel y poderoso. ATENCIÓN: Esta historia NO es un cuento de hadas medieval. Contiene escenas de sexo y violencia explícitos, además de otros temas muy desagradables. No es recomendable para personas sensibles.