Me llamo Rose, tengo 21 años, no tengo hermanos y vivo con mi mejor amigo Cris, nos conocemos hace 15 años, nos conocimos en el jardín de niños y nos hicimos mejores amigos, el trabaja en un bar, vivimos en nuestra casa. Cris es el típico chico que se lleva a todas las chicas a la cama. Pero sin saberlo algo empezó a cambiar #1 - amor #1 - romance #1 - imposible #2 - mejores amigos #2- adolescentes #2- Wattys 2018

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Mucho siente pero poco demuestra Becca. Nunca se le facilitó el expresar sus sentimientos, por lo que siempre optó por plasmarlos en una hoja con un lápiz y su corazón al mando. Todo cambia cuando en su camino aparece Noah, un chico con los ojos color esmeralda, que logrará sacar a la luz un perfil de Becca que ni ella misma conocía. ¿Podrá Becca dejar las notas de lado y dar frente personalmente a Noah? ¿Logrará Noah hacer que Becca exprese finalmente lo que siente? Y, ¿podrá él hacer lo mismo?

Frases, cosas que pensamos las Larry Shipper y muchas cosas diferentes. #98 en Romance 28/02/15

Me gusta un chico, ¿Eso está bien?

Te has metido en mis sueños. Harry Styles es un chico el cual ha estado enamorado de Louis Tomlinson, su compañero de clase. Con el tiempo, Harry tiene que superar el hecho de que su amor no será correspondido. Sin embargo, el destino les sorprende y los une de nuevo dándoles otra oportunidad de explorar sus sentimientos.

Louis le teme profundamente a los truenos; pero cada vez que está con Harry, su mejor amigo y compañero de banda, él se siente protegido y puede estar tranquilo. Pero esa noche algo cambia... ¡Terminada!

Existen hombre que te conquistan por su elegancia, otros mayormente por su físico, en raras ocasiones por su inteligencia, a veces por su carisma, o su arrogancia... y en algunos casos por su dinero. Mi prosefor de leyes tenía la bendición, o mas bien la maldición, de tener todas esas cualidades, además de ser jóven y exitoso. Era esa clase de hombre que solo existía en tus sueños más salvajes, o quizá a kilómetros de distancia, no a cinco metros como yo lo tenía todas las mañanas. Tener a un hombre como él frente a mí era una utopía, y creo que por esa razón no ponía mucha atención a su clase; me la pasaba fotografíando su perfecta anatomía e intercambiando buenos ángulos, con mi amigo David, hasta que nuestro adorado maestro, Elián Evans, se enteró de dichas fotografías.