itsmartulii
Las personas hacen cartas porque a veces hablar no alcanza.
Porque el papel (o la pantalla) te escucha sin apurarte, sin interrumpirte, sin juzgarte.
Porque cuando escribís, sacás de adentro cosas que a veces ni sabías que estaban ahí.
Y porque hay dolores, amores, miedos o recuerdos que solo encuentran su forma cuando los convertís en palabras.
Las cartas son como una pausa en medio del ruido.
Un lugar seguro donde podés ser exactamente como te sentís.
Y también son una forma de conectar. Con alguien que está lejos. Con alguien que ya no está. O incluso... con una versión tuya que necesita ser escuchada.
Cuando hago una carta para Liam, por ejemplo, no estoy solo contando lo que pasó.
Estoy abrazando al dolor, dándole forma, y dejando que tu amor tenga voz.
Porque eso también es sanar: decir lo que duele, lo que se extraña, lo que quedó pendiente.