─¿Alguna vez te has preguntado qué eres en realidad? ─dijo el ghoul, su voz teñida de una curiosa mezcla de desafío y lástima. Ella entrecerró los ojos, pensativa, y tras un instante respondió, cautelosa: ─¿A qué te refieres con qué soy? ─Me refiero a ti, a tu lugar en la sociedad. Como ser vivo, ¿qué eres? ─insistió el ghoul, con una sonrisa amarga─. ¿No te sientes como una bestia? ─¿Una bestia? ¿Por qué tendría que sentirme así? ─replicó ella, algo a la defensiva, aunque una pequeña sombra de duda comenzó a crecer en su mirada. ─¿De verdad no lo entiendes? Ustedes nos llaman monstruos porque los cazamos. Nos ven como amenazas, como bestias. Pero, dime, ¿no hacen ustedes lo mismo con los animales? ─El ghoul pausó un segundo, observando cómo sus palabras empezaban a impactar─. Destruyen sus hábitats, exterminan sus manadas, matan a sus crías... Se masacran hasta entre ustedes. Y aun así, ¿se atreven a llamarnos bestias? Sus palabras eran crudas y verdaderas, como un puñal clavándose en sus certezas. Ella comenzó a dudar, sus pensamientos se tornaron confusos, y un leve temblor se reflejó en sus ojos, como si su mente estuviera tratando de procesar una revelación incómoda y dolorosa. ─No somos monstruos ni bestias, como les gusta llamarnos. El problema es que no soportan no estar en la cima de la cadena alimenticia. ─La voz del ghoul era firme, cortante, como un látigo que desgarraba las ideas preconcebidas de la joven─. La verdad es que su ego se siente herido, porque esta vez ustedes no tienen el control. Este es mi mundo alternativo del anime/manga Tokyo Ghoul. Nada de lo que sucede aquí tiene que ver con la obra original.

La oscuridad acecha en todas partes. En cada esquina, cada grieta, incluso en los lugares más iluminados del mundo. Este caso no es la excepción. Los vampiros son la representación de la oscuridad, caminan entre los vivos esperando nunca tener que alimentarse de ellos, pues en los reinos de los humanos y criaturas mortales, existe la paz con los vampiros. El único problema: una noche al año, estos vuelven a su fase oscura. Esa noche marca el inicio de un estado tan primitivo que ni ellos mismos son capaces de controlarlo. El salvajismo y la sed de sangre son los principales protagonistas. La parte viva muere para dar paso a las bestias que llevan dentro desde siglos atrás. Los humanos conocen su condición, por eso hay reglas y leyes que rigen este mundo de seres inmortales y mortales. Los vampiros son confinados en sus propias tierras durante la fase oscura, mientras las demás especies permanecen en la seguridad de sus reinos. Eran las leyes de la vida... leyes que Lyara no sabía respetar. Aun cuando fue advertida toda su vida sobre no salir la noche de la transformación, hace caso omiso de esas advertencias. Confiando en que los vampiros no pueden ser tan primitivos como lo cuentan las historias, pues nunca tuvo oportunidad de ver a un vampiro salvaje. No hasta esa noche, cuando salió de las puertas del reino, guiada por su fuerte obstinación y su deseo de ver eso que tanto exageran los cuentos. Ella deseará nunca haber dado siquiera un paso fuera de su cama. Pues esa noche se encontrará esos horrores que había deseado tanto comprobar. Un vampiro en fase oscura. Y no cualquier vampiro, el antiguo Guerrero Vampiro. Drakoth Varinor. Banners de Capítulo hecho por @Miss_Kardii de la @editorialgalaxia_

en esta historia Gine y Bardock enviaron a Raditz y a los gemelos Kakaroto y Turles a la tierra para escapar de la destrucción del planeta Vegeta