En el reino de los lobos, el equilibrio entre las manadas se mantenía bajo el liderazgo de Alessandra Haynes, la Alpha de los Alphas. Temida y respetada por todos, su astucia y frialdad la habían llevado a lo más alto de la jerarquía. Alessandra, conocida por su venganza implacable, celosía desbordante y posesión marcada, era una líder que no toleraba amenazas a su territorio. Aiden Holson, por otro lado, destacaba por su personalidad tímida e inteligente. Poseía una faceta posesiva que, aunque no coincidía con la ferocidad de Alessandra, era una fuerza palpable en su carácter. El destino tejía sus hilos cuando Alessandra, en su incansable búsqueda de mate, cruzó caminos con Aiden. La chispa entre ellos encendió un fuego que desafiaría las expectativas de todos. Alessandra, la Alpha temida, encontró en Aiden un igual capaz de complementar su feroz liderazgo con la sabiduría y la dulzura. Adentrate a una historia fuera de lo común.

Holland era muy diferente al resto de su manada. Todas las personas en su manada la conocían, ella ignoraba que era la misma razón por la que nadie que quería salir con ella, aunque su especie fuera muy tentadora, al ser una preciosa Omega, todos sabían que era una coneja. Y a ningún lobo le agradaban las conejas. ¿Cierto? Ella lo supó cuando al final de la secundaria había tomado todo su valor para confesarse a su ex mejor amigo. "Eres una coneja" Había dicho con asco. "¿Eso es un problema?" Fue entonces cuando entendió lo que él había querido decir. "Los conejos no son fieles. Ustedes no son como nosotros." Había regresado a su casa llorando, preguntándoles a sus padres adoptivos por ello, su corazón se rompió cuando le dijeron que la frase "Follar como conejos" No era sólo un dicho, lo era peor para ella que era una Omega. Era una débil y simple Omega coneja. Era tan dulce que se asqueaba a sí misma, y no encontraba quién soportará su dulzura. Al menos no alguien que tuviera un poco de esa dulzura en su vida... Porque ¿Todos tenían algo dulce en su vida, Cierto? No, no todos. Había alguien que no, quién no tenía una pizca de dulce en su vida. Y ese alguien estaba dispuesto a tomar la dulzura de ese peluche de algodón para hacerla suya. Derechos completamente Reservados a Kennya Chávez. NO COPIAS NI PLAGIOS NI ADAPTACIONES.