Martin Urrutia podría ser la definición misma de libertad. No conoce los límites, o simplemente elige ignorarlos. Ha dedicado su vida a convertir sus sueños en proyectos reales, y a sus veintiséis años puede decir que lo ha conseguido. Es uno de los arquitectos de interiores más destacados de SpaceSculptors, una de las firmas más reconocidas del panorama español. Vive solo en Bilbao, en una casa que él mismo rehabilitó de arriba abajo, y su mundo gira en torno a sus mascotas, su trabajo y esa sensación de calma que da tenerlo todo bajo control. Hasta que un día cualquiera, al salir de la ducha, se encuentra con un desconocido en su salón. No es un ladrón. Tampoco un okupa. Es Juanjo Bona, el nuevo propietario de la casa. O, mejor dicho, su nuevo copropietario. Arrogante, metódico y con un ego perfectamente estructurado, Juanjo representa todo aquello que Martin detesta. Y el destino, en su característico sentido del humor, decide ir un paso más allá: Juanjo también es el nuevo director general de SpaceSculptors. Es decir, su jefe. Uno con demasiadas normas, demasiadas manías y un talento especial para poner a prueba la paciencia ajena. Entre disputas, límites difusos y una convivencia tan forzada como peligrosa, ambos aprenderán que algunas reglas están hechas para romperse. Porque al final, todo lo que los une -su casa, su trabajo y quizá algo más- no es más que un simple error de contrato. (Basado en la serie de tv En Todas Partes, Tú <3)

Este podría ser un buen resumen. El conocer a Juanjo Bona, una total mala influencia. O eso les hacía creer a todos. Mucho menos imaginaría tener que compartir habitación con él; única y exclusivamente culpa de llegar con el curso empezado. Caótico al principio. Jodidamente apasionado al final.

Velvet Crown es la banda indie londinense que todos quieren descubrir, y su vocalista, JJ, un misterio que nadie ha logrado desentrañar. Cuando Martin, periodista musical, recibe el encargo de entrevistarlo, pronto comprende que acercarse a él podría cambiarlo todo... y que algunas verdades resultan irresistibles.

Juanjo y Martin crecieron uno al lado del otro. Aprendieron lo que era querer sin saber aún cómo decirlo, se cuidaron más de lo que se atrevieron a admitir y se perdieron sin tener idea de cómo volver. A veces fueron amigos. Otras, casi todo lo demás. A través de los años, entre silencios, desencuentros y ese tipo de cariño que nunca muere del todo, ambos intentan seguir con sus vidas como si no se debieran nada. Pero cuando años después llega el momento de reencontrarse, cada mirada dura más de lo debido y los devuelve al mismo lugar: ese punto suspendido entre lo que fueron y lo que ya no pueden ser. Los días que fuimos no es solo una historia de amor. Es la memoria de dos personas que no se volvieron a buscar pero la vida se encargó de unir. Es lo que queda cuando el amor no alcanza, pero tampoco se va.

Martin siempre había albergado un sueño desde pequeño: trabajar en la NASA. Desde su juventud, su mente había orbitado alrededor de ese anhelo, como una partícula atrapada en la gravedad de una estrella lejana, y no iba a dejar que Juanjo le destrozara una vez más sus sueños. De Madrid a Houston, de la nada al todo. ¿Era posible que el odio, una fuerza tan poderosa y corrosiva como la materia oscura, pudiera transformarse en amor? Un proyecto compartido, un pasado enredado en sus recuerdos, y que Juanjo hubiese olvidado aparentemente lo ocurrido entre ambos, fue el desencadenante de todo lo que estaba por pasar. Solo hizo falta un nuevo comienzo para que su vida cambiara drásticamente. Dos partículas destinadas a colisionar.

Después de 13 años sin verse tras su mudanza, Martin y Juanjo, dos mejores amigo de la infancia, coinciden en la misma residencia. Lo que no sabían es que este reencuentro a ciegas les iba a cambiar la vida por completo.

Martin Urrutia lo tiene todo: fama, talento, y una colección interminable de medallas doradas. Ha pasado la vida esquivando lo que considera una debilidad: el amor. Frío, brillante y perfeccionista, ha convertido el patinaje artístico en su forma de dominio absoluto. Sentir no está en su lista de prioridades, porque en su mente, las emociones solo entorpecen, y amar es un lujo de los imperfectos. pero cuando una caída, lo arrastra fuera del escenario que domina, se ve obligado a detenerse. A esconderse. Y es ahí, en un rincón del mundo que nunca pensó pisar, donde su camino se cruza con el de Juanjo: una persona que parece estar hecha de todo lo que Eros ha intentado evitar. Juanjo Bona es un boxeador risueño y amable, con los pies en la tierra y el corazón abierto, que vive rodeado de naturaleza, cariño y ¿una niña? Juanjo es querido por todos, pero carga con secretos que prefiere guardar lejos de la mirada pública. Eros, que se siente fuera de lugar en todo lo que no pueda controlar, empieza a descubrir que hay derrotas que enseñan más que una victoria... y encuentros que son imposibles de evitar, incluso cuando se intenta. Porque hay personas destinadas a encontrarse, y aunque se esquiven, incluso sin querer... coinciden. Dos personas completamente distintas, dos pasados que pesan más de lo que aparentan, y un vínculo que comienza como una molestia y crece sin permiso.

Juanjo, capitán del equipo de rugby, rico, hijo de una familia poderosa y tan popular como insoportable. De esos que lo tienen todo. Y aun así, esconde más secretos que cicatrices tiene el alma. Martin es el chico nuevo, friki, superdotado, gay y con una doble vida como modelo que nadie en el instituto conoce. Juanjo es el que juega a ser hetero y el que se burla de él cada vez que puede. Pero entre insultos, roces y miradas que no deberían durar tanto... algo empieza a cambiar. Y cuando el odio ya no tapa lo que sienten, solo queda una pregunta: ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar por algo que ni tú entiendes?

Sobrevivir nunca fue tan complicado... ni tan excitante. Extreme Survival 23 no es solo un reality de resistencia física, es una bomba emocional a punto de estallar. Dos desconocidos. Ocho semanas. Una isla desierta, sin contacto con el mundo exterior. cincuenta y seis días de pruebas, hambre, lluvia, decisiones morales... y una sola regla: todo tiene un precio. Comida, ropa, materiales... Todo se paga descontándolo del premio final de 400.000 euros. Solo hay dos concursantes. Y lo que parecía una aventura de supervivencia, se convirtió en un juego de provocación, deseo y tensión. Juanjo: cuidadoso, prudente, el que intenta no perder la cabeza ni el corazón. Un tipo responsable, con una vida fuera que proteger, que ha aprendido a poner límites... hasta que esos límites empiezan a difuminarse. Martin: el caos en persona, provocador, descarado, adicto al juego verbal y al contacto, al que no le importa incomodar si eso le da poder... o placer. Juntos, tendrán que sobrevivir. Juntos, tendrán que cooperar, dormir bajo el mismo techo improvisado, pescar, mojarse, congelarse... y resistirse. Porque hay algo que no puede medirse en kilocalorías ni en litros de agua potable: la atracción entre ellos. Se besarán. Se morderán. Se rozarán más de lo que admite el reglamento. Pero entre lo que no se dicen y lo que sí se provocan, entenderán que el verdadero desafío no es la isla... Es el otro. Y cuando la piel arda más que el sol del Caribe, cuando el deseo sea más fuerte que el hambre, la pregunta será solo una: ¿Están dispuestos a sobrevivirse... el uno al otro?