Siempre has sido tú

Segunda parte de Cherry Chapstick. Violeta y Chiara se reencuentran en Barcelona tras un año separadas. ¿Seguirá todo como siempre o habrán dejado que el tiempo y la distancia cambie su relación?

Tercera y última parte de Cherry Chapstick. Tras cinco años viviendo separadas, Chiara vuelve a España con el reencuentro con Violeta como único pensamiento. En un mundo donde los sueños laborales acaban dejando mucho que desear, ¿hay esperanza para los románticos?

Violeta Hódar y Chiara Oliver son amigas de toda la vida. Desde la infancia, han compartido secretos y sueños. A medida que crecen, sus sentimientos mutuos evolucionan y enfrentan los desafíos típicos de la adolescencia, donde la confusión, el descubrimiento sexual y las primeras veces marcarán su relación.

Violeta carga a su espalda, con apenas 22 años, más peso del que deja ver. Llega a Barcelona en busca de un cambio de aires, y es posible que encuentre algo más que eso. Bastante más, de hecho. Chiara tiene el trabajo de sus sueños y un grupo de amigos que cualquiera desearía, así que no busca nada en particular. Y, donde caben dos... Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Chiara tiene 18 años y toda su vida está resumida en un pequeño rincón del mapa: Vilabreda, un pueblo catalán de apenas trescientos habitantes donde todos se conocen y los días pasan más bien despacio. Al menos, así ha sido hasta ahora. En las calles de su pueblo, Chiara ha aprendido a amar la fotografía y a soñar con un poquito más, así que cuando le surge la oportunidad de ir a la capital para que su sueño siga creciendo, aunque sí se lo piensa dos veces, no la deja escapar. Violeta tiene 20 años y las ideas muy claras. Granada le dio una infancia cálida y una familia a la que ama con locura, pero no demasiadas oportunidades en lo que a su pasión se refiere; la moda. Ella no dudó en mudarse a Madrid en cuanto pudo, y la capital, con sus calles llenas de estilo, se convirtió en su casa. Ahora desfila, posa, trabaja cuando puede y se permite, también, noches largas con sus amigos de las que ha aprendido a disfrutar.

Violeta vive sumida en un presente aburrido marcado por un pasado difícil del que ha querido huir sin mirar atras. Chiara encuentra en Violeta el equilibrio y la tranquilidad que necesitaba. Historia totalmente ficticia entre mis chicas favoritas de OT2023, escrita desde el respeto y la admiración hacia ambas.

Prólogo La música y el fútbol. Dos mundos que parecían tan distintos, pero que aquella noche en el estadio se encontraron de la manera más inesperada. Violeta Hodar subió al escenario con el corazón latiéndole en el pecho. Cantó bajo la luz de los reflectores, con miles de voces coreando su nombre, sin imaginar que, entre la multitud, unos ojos la observaban con una intensidad distinta. Alexia Putellas, estrella del FC Barcelona, sintió algo en su pecho que no tenía que ver con la final de la Champions que estaba a punto de jugar. El destino les regaló un instante, un cruce de miradas, un magnetismo imposible de ignorar. Y cuando el partido terminó, con la copa en sus manos y la gloria a sus pies, Alexia solo tenía una cosa en mente: encontrar a la mujer que había cambiado su noche. Lo que empezó con una cena, con una conversación entre risas y miradas furtivas, pronto se convirtió en algo más. Un amor que creció entre goles y canciones, entre la presión de los focos y la dulzura de los instantes robados. Pero amar bajo los reflectores no es fácil. Esta es la historia de Violeta y Alexia. De cómo una final lo cambió todo y de cómo, entre la música y el fútbol, descubrieron que el amor siempre encuentra su camino. IDEA 100% ORIGINAL SIN INTENCIÓN DE HERIR A NADIE TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

Violeta Hódar tiene una hija que mantener y su único sustento es un bar cochambroso que acaba de ser vendido a unos ingleses desconocidos. Chiara Oliver es la heredera de una empresa millonaria, pero no todo es tan fácil como parece. Su madre la tiene en el punto de mira y está esperando que pruebe su valía.

Violeta y Chiara son dos completas extrañas. Se conocerán cuando el destino llame a su puerta, literalmente. ¿Pero y si el destino viene en forma de bebé? ¿Cómo podrían reaccionar?