Llega el verano, las últimas vacaciones antes de terminar la secundaria. El grupo las disfruta, hasta que un suceso increíblemente desafortunado les destruye las esperanzas, y los obliga a cambiar de planes. La promesa de nunca separarse comienza a temblar. La desesperación de los chicos los lleva a tomar decisiones alocadas para intentar suavizar lo más posible una decisión inevitable. ¿Podrán encontrar una manera de mantenerse unidos, a pesar de todo?

¿Cómo te sentirías si, en el último año de la secundaria, con la manija del viaje de egresados, la legalidad, las fiestas, los chapes, el último cachito de luz antes de entrar al aburrido mundo de las responsabilidades, el mundo te dice "no"? En esta tercera entrega de la saga, se enseña el punto de vista de los queridos personajes, al ver cómo el famoso "mejor año de sus vidas", se esfuma y los deja desorbitados a todos. El escenario, esta vez, es más virtual. Cambian las salidas y juntadas, por zoom's insulsos y aburridos. Cambian zapatillas, por ojotas y pantuflas. Cambian maquillaje, por un barbijo. Y la virtualidad, suma a enredos, malentendidos, y confusiones, que dificultan aún más el encierro a los chicos. ¿Cómo afrontarán Oli, Colo, Leti, Tati, Alex y Joel este abrupto encierro? ¿Cómo vivirá cada uno el ser privado de la libertad, justo en la edad en la que más la necesitan? ¿Podrán mantener la estabilidad mental cuando todo se cae al piso?

Un grupo de amigos de seis adolescentes que transitan el anteúltimo año de la secundaria se encuentran con algunas trabas para seguir sus vidas de manera normal. Una de ellas es la extraña actitud de uno de ellos, que pone nerviosos a los demás al no saber controlarlo. Esta divertida y profunda novela te hace relacionarte con los personajes, que viven una vida cotidiana como la de cualquier adolescente, y enfrentan los problemas del día a día como todos nosotros. Los chicos hicieron la promesa de siempre mantenerse unidos, pase lo que pase. ¿Podrán cumplirla?

"Me destruyes, pero, me quedaré a tu lado hasta el final" -Park Jimin. And if you hurt me, well that's okay baby.