Ojalá - Almaia
- ¡Estoy harta, Alfred! Es que tú eres don perfecto, a ti nunca se te puede decir nada. ¡Pues no! ¡Pues a lo mejor me he cansado de que tengamos que hacer todo siempre como a ti te da la gana! Amaia notaba las lágrimas que deseaban asomarse por sus ojos pero luchaba contra las ganas de llorar y la garganta le ardía...