Los cuentos de hadas siempre tienen un final feliz. El príncipe encuentra a su princesa y la lleva en su corcel blanco a ver el amanecer por el resto de sus vidas. Pero ¿cuánto dura una vida? ¿Cien años o un día? No tuvo que luchar con dragones ni escalar la torre más alta, él encontró a su princesa en esa cama de hospital. No tenía cabello para arrojarlo por la ventana, solo una enorme sonrisa que le hacía soñar con su final feliz; pero su princesa no duró para vivir con él su «para siempre». ACLARACIÓN: Esta obra es un relato corto compuesto de frases y aforismos. No es una historia narrada por un niño. Todos los derechos reservados©

A veces pienso si la felicidad existe, si verdaderamente llegará un día en el que pueda reconocer libremente que no soy feliz... y que estoy a un gran abismo de serlo. Nunca creí que dicha felicidad tendría color y sería precisamente Celeste. Si leíste De Plebeya a Princesa por una noche en Las Vegas no te puedes perder esta versión inédita contada desde la perspectiva del príncipe Bohdan Vasylyk.

Si no has leído el primer libro "No entres en el juego" no continúes leyendo. ¡¡ALERTA SPOILERS!! ¿Que pasa cuando esas personas que consideradas amigos te traicionan? Muy fácil, dejas de confiar en todos. Una promesa ya no es lo que era antes, o mejor dicho, una promesa ya no vale lo que valía antes. Jane Miller ha perdido una cosa... La fortaleza. Perder a James era lo peor que la podía pasar, su mayor perdición, su pesadilla... Resulta que es verdad, los sueños se hacen realidad, pero las pesadillas también son sueños. No tiene nada más que hacer aquí excepto una última "misión" -¿Cuál era la misión? -Pregunta temeroso por mi respuesta, reí con crueldad, una risa que le hacia estremecer por la forma de la que salian de mis labios. Y yo pensando qué era obvia la respuesta. Igual la respuesta es obvia, solo que él no lo comprende, nadie lo comprende, por culpa de esas personas es por lo que me llaman loca. -Terminar con la vida de la persona que terminó con la mía y una vez hecho eso recuperar todo lo que perdí por su culpa. Mi "misión" es matar a la persona que me lo arrebató todo. -Gruño permitiendo que todo el odio que sentía se filtrara por mi voz provocando que tragara saliva tan impactado como asustado. -¿Le matarás? -Pregunta retrocediendo unos pasos sorprendido. Sonreí cínica, haré algo mucho peor. -Terminare con su vida de la misma forma que él terminó con la mía: De una forma lenta y dolorosa. -Respondo con cinismo y sonriendo con crueldad. Estamos en el infierno y aquí mando. ¿Estais preparados para perder la cabeza con El Diablo?