Han pasado mas de 400 años de la primera colonia europea en América, La vieja Vinland fue un fracaso y muchos de los pobladores volvieron a Islandia, pero tres grupos decidieron seguir en esta tierra que consideraron de la libertad. Estas tres colonias fueron Kinešland, Ašunland y El Imperio de la Laguna. Esta es la historia de un hijo de vikingos que buscando la libertad llegó a esta nueva tierra, una libertad que cualquier persona busca y que sólo encuentra... Cuando se aleja de este mundo. Obra registrada en Safe Creative con clave 1704191820711

Precuela de El colono de Kinešland y El colono de Ašunland. Edvard Svarts, un soldado desertor y ladrón es contratado por el rey Dominik de S'Hanonstrem para escoltar a su hija Lagerþa hasta la ciudad fronteriza de Duselfjørd, donde se casará con el príncipe Gared de Godiland, como parte de una alianza para hacer frente a los españoles. Edvard acepta la misión a cambio de su libertad y la de su novia Þamara, pero tendrá que enfrentarse a muchos peligros y traiciones en el camino. Mientras tanto, Gared tiene sus propios problemas: su padre ha arreglado su matrimonio sin consultarle, su abuela ha sido encarcelada por profetizar la caída de su reino y él está enamorado de su amigo Ulfhed. ¿Podrán Edvard y Gared cumplir con sus destinos y salvar a sus pueblos? ¿O se rebelarán contra las imposiciones de sus reyes y seguirán sus propios deseos? Esta obra es una aventura épica que mezcla historia, fantasía y romance en un mundo alternativo donde los vikingos colonizaron América. Parte 3 de SDNV Derechos reservados

Secuela de El colono de Kinešland. La segunda nación erikana ha prosperado más que las otras dos en sentido de desarrollo tecnológico siendo ellos los promotores de la revolución industrial. La historia trata de uno de los inmigrantes que llegaron por causas del destino como la piratería llega a esta tierra y pronto contribuiría a el inicio de la revolución industrial. Novela registrada en Safe Creative con Código de registro: 1805016851788 Todos los derechos reservados, los verdaderos escritores no copian.